Conforme envejecemos, la piel sufre drásticos cambios que son bastantes perceptibles. La dermis, es el tejido que sostiene y pierde elasticidad a la vez habrá marcas de expresión y surcos. Actualmente hay numerosos tratamientos estéticos que aseguran reducir estos signos de la edad, y uno de los que ha ganado gran popularidad son los hilos tensores.
Sin embargo, aún hay mucha información que puede generar preguntas e incluso confusión, aquí te mostramos los mas comunes mitos y verdades de este procedimiento.
Los hilos son notorios e incluso palpables
Falso. Los hilos son introducidos en un área especifica de la piel donde no son perceptibles, pero favorecen la elevación.
Este tratamiento traerá elevación en mejillas y cejas.
Verdad. La mejoría es notoria en los surcos naso genianos, que son aquellas arrugas desde la base de la nariz hasta la comisura de los labios, también se logra la recuperación del óvalo facial, se reafirmará el cuello y disminuirán o desaparecerán las arrugas del contorno de los ojos.
Después de que los hilos cumplen su periodo de vida, la flacidez regresa
Falso. Debido a la posición que adopta la piel una vez que se aplican los hilos, el cuerpo va generando colágeno para adoptar mejor la posición. Por esto, no se vuelve a presentar la misma flacidez, si no que hay mayor soporto después de que los hilos son reabsorbidos.
Los hilos son bien aceptados por el organismo debido a su material quirúrgico
Verdad. Gracias al material del que están compuestos los hilos tensores, la polidioxanona, que resulta ser biocompatible, no provocan alergia y levantan la piel flácida de manera sutil y natural.
El procedimiento provoca inexpresividad facial y se pierde capacidad para gesticular
Falso. Los músculos del rostro no se ven afectados en absoluto por este procedimiento incluso a los días de haberse realizado el paciente nunca perderá expresividad facial.
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