La apariencia del abdomen es un tema de estética que importa tanto a hombres como a mujeres al ser un área muy difícil de definir a pesar de la dieta y el ejercicio. El abdomen definido se ha convertido en un reflejo de salud y armonía, por lo que se han buscado constantes métodos adicionales para ayudar a lograr el objetivo, de ahí el éxito de los procedimientos que ayudan a remover la grasa abdominal. La abdominoplastia como la liposucción son 2 de los tratamientos de cirugía plástica más solicitados por las personas.
De acuerdo con el informe de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, la intervención de abdominoplastia se ha incrementado en un 107% desde el año 2000 mientras que la demanda de liposucción continúa en continuo crecimiento.
Por un lado, la liposucción permite definir nuestra silueta mediante la eliminación de los depósitos localizados de grasa, reduciendo y moldeando el área a tratar. El procedimiento consta de unas mínimas incisiones a través de las cuales se introduce un tubo hueco o cánula por la que se aspirarán los cúmulos de grasa. Hay otras muchas áreas donde se puede realizar la liposucción tales como cadera, espalda, glúteos, papada y piernas, etc.
Por otro lado, la abdominoplastia se realiza mediante una incisión larga de un extremo de la cadera al otro, justo encima del pubis y debajo del ombligo, resultado de extirpar toda la piel inferior del abdomen. Se realiza una segunda incisión alrededor del ombligo, para poder trasponerlo a su posición adecuada. La cirugía deja una cicatriz permanente en la parte baja del abdomen que, dependiendo de la cantidad de piel sobrante, puede ser más o menos larga pero que queda disimulada con el borde de la ropa interior.
Si la pérdida de peso no ha sido grande y no exista un excedente de piel o estrías y las paredes abdominales no estén distendidas, la liposucción será suficiente para corregir de forma localizada el exceso de grasa y moldear la figura.
Si, por el contrario, hay un exceso de piel y estrías, una abdominoplastia será lo más indicado para retirar la piel entre el ombligo y el pubis en la cantidad que sea requerido. Con ayuda de la cirugía se procede también a tensar los músculos que, con los años y los cambios de peso, se han distendidos, formando una especie de corsé interior uniendo los músculos desde encima de ombligo hasta el pubis, obteniendo así un abdomen más tenso y plano.
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