Es recurrente notar que con un aumento de peso haya áreas específicas donde percibas que la grasa se ha acumulado en su mayoría, puede concentrarse en áreas como abdomen, brazos, caderas o piernas. También hay algunos casos en que puedas percibir que se haya concentrado este aumento de proporciones de manera poco usual o que no se ha distribuido por todo el cuerpo sino solo en las piernas, si es este el caso, podría tratarse de un lipedema.

El lipedema es una enfermedad progresiva y su origen aún no está claro, se ha mencionado que podría ser genético, o un componente hormonal, en ocasiones inicia o se intensifica coincidiendo con un cambio en los niveles de hormonas (pubertad, embarazo, menopausia, toma de píldora anticonceptiva…).

La enfermedad ocurre cuando las células adiposas aumentan de tamaño y ocasionan la desproporción entre piernas o brazos (con gran acúmulo de grasa) y el resto del cuerpo. Así el aumento de volumen de las células adiposas por depósito de grasa trae un aumento de presión en tejidos, y trae consigo el síntoma más perjudicial: el dolor.

Además, es frecuente presentar dolor a la palpación, específicamente en áreas como pantorrillas, hueco poplíteo y una sensación de pesadez en las piernas. Hay también episodios repentinos de inflamación junto con la aparición de la copa de Coff, donde el volumen graso empieza a acumularse justo encima de los tobillos y puede presentarse también la aparición de hematomas.

El diagnóstico de lipedema es clínico, por esto, es necesario hacer una consulta con un especialista en esto quien revise a detalle el historial médico del paciente y un examen físico específico que confirme la patología.

Hay que recordar siempre acudir primeramente con un especialista que solicite un chequeo general de nuestro estado de salud, el problema puede ir más allá de como luce nuestra apariencia física.